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sábado, mayo 14, 2005

Subasto mis zapatos de tacón


Posted by HelloNo se deben regalar los regalos, y fueron un regalo que no voy a regalar. ¡Los subasto! ¡Al mejor postor! Pueden empezar a pujar por ellos, damas y caballeros. Este hermoso fetiche puede ser suyo. ¡Niños! ¡Niñas! Os cambio estos zapatos por vuestras bolsas de caramelos, por vuestras canicas, cromos, miniaturas, por vuestra colección de azucarillos. Sobre estos 12 cm de tacón envejecí 12 años, me hice mayor en medias de red cuando todavía niña. No me los pienso volver a poner. Jamás. Ahora son de quien quiera o pueda pagarlos. Yo no necesito ser más alta.
En perfecto estado. Seminuevos. Número 36, señoras y señoritas, anímense, nunca encontrarán una oferta como esta. Denme sus corpiños, sus lápices de labios, sus frascos vacíos de perfume. Quedarán muy bien en el salón, encima de la tele, o en la terraza para plantar nomeolvides llenos de tierra, o colgados de la rama del árbol de navidad.
No sirven para caminar sobre la arena, pero rompen el asfalto, desgarran el parquet, se sentirá como una poderosa heroína de cómic, se lo aseguro. Más alta y más esbelta que nunca. Niños, podréis jugar con ellos a ser mayores. Son el objeto imprescindible para cualquier juego. Convierta su sueño en realidad.
Pueden empezar a rascarse los bolsillos, a pelearse encarnizadamente por ellos. Todo vale. Se abre la subasta.


Lo siento tanto.

9 Comments:

At 16 mayo, 2005, Blogger Azena said...

te ofrezco un regalo sorpresa...

 
At 16 mayo, 2005, Anonymous Anónimo said...

No sé si lo sabías o no; pero soy fetichista. Yo no sé cuánto ofrecería Luis García Berlanga, no por los zapatos, sino por la mera foto... Pero yo contemplaré con santo asombro la pantalla, llevado del fervor y del anhelo de acariciar con mi mejilla ese pulcro contorno de erótica perfección.
Se sobradamente que esos zapatos y la hechizada red que envuelve la firmeza que los calza no se pueden pagar, aunque se puedan querer.
No voy a decir para qué querría ese cáliz; pero bebería usando esa copa el dulce veneno que nunca sacia.
¿Sabías que en Babilonia hay un salón con los calzados que hicieron perder la cabeza a los grandes emperadores de la tierra?
Incluso descalza, puedes visitar Babilonia. Aún tengo las llaves de sus puertas.

 
At 16 mayo, 2005, Anonymous Anónimo said...

Al igual que el insigne Groucho en la inmortal escena, ofrezco un regalo sorpresa "y dos huevos duros". :))

 
At 17 mayo, 2005, Blogger Grace en el País de Las Maravillas said...

Yo pujo con mi tesoro más preciado, aunque aún no lo tenga en mi poder: una camiseta vieja, descolorida y poco erótica con la que dormí una vez.

 
At 17 mayo, 2005, Blogger Azena said...

una entrada para el concierto que tú quieras...

 
At 17 mayo, 2005, Anonymous Anónimo said...

La otra noche puse un papel de plata a la luz de la luna para que recogiese sus rayos. Justo antes de amanecer, y con mucho cuidado, lo doblé y lo llevé a mi dormitorio a oscuras. Saqué una figura de cristal de plata (un arpa sutilmente labrada de Swaroski)y espolvoreé sobre ella los rayos de Luna.
¡Si vieras cómo resplandece a la espera de una mirada amable!
Pues bien, te ofrezco ese arpa y un regalo sorpresa... ¡y dos huevos duros!

 
At 17 mayo, 2005, Anonymous Anónimo said...

Ofrezco la colección de botones que arranqué de distintas camisas en distintas noches por distintas ciudades (rojos, verdes y también cenicientos).

 
At 17 mayo, 2005, Anonymous Anónimo said...

Yo te ofrezco mis viejas botas granates. Las que tiene varios agujeros en la suela de goma. Las que están rayadas. Las botas hechas para caminar. Las botas con las que recuperaras los doce años que envejeciste con tus doce centímetros de aguja.

 
At 18 mayo, 2005, Blogger Azena said...

Difícil superar eso. Pero quiero los zapatos. Te ofrezco mi hombro para que te apoyes en los momentos difíciles. Y mi silencio para que lo llenes con tus historias.

 

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