Ya es hora de cerrar
A veces tenemos necesidades extrañas, como la necesidad de compartir nuestro cuerpo o a necesidad de morir. Podemos desoir nuestras necesidades por un tiempo, pues a veces no nos parecen razonables o simplemente no están bien vistas. Pero siguen ahí, y entonces llega una mañana (tal vez una mañana de enero y tal vez sorbiendo un té en la taza de porcelana que un día hice como que regalaba a alguien para después quedármela para mí), llega la mañana en la que ejecutamos lo que llevábamos mascando durante algún tiempo.Es el final del miedo a los finales.
Bien, es hora de decir adiós. Tras todos los ensayos creo que ya sabré hacerlo.
Voy a despedirme con un juego. El juego del SIFUERA
Si este blog hubiera o hubiese sido:
Una flor: la buganvilla
una película: la chica del puente
un poema: el soliloquio del farero
una casa: la casa encendida
un punto cardinal: el norte
una cualidad: la fe
un té: blanco
un pecado: la soberbia
un tiempo: la infacia
una persona del verbo: tú
una ciudad: Venecia
una víscera: la piel
una banda sonora: el cielo cae sobre Berlín
un arma: la pistola
un idioma: el francés
un lugar: la frontera
Puede usted, que al fin es mi semejante y mi hermano (con o sin hipocresía) jugar al mismo juego. O si no quiere, echarse una maldición por romper la cadena; prometerse un año o dos de mala suerte, soledad y falta de dinero. De vez en cuando vienen bien años así.
Adiós.
4 Comments:
No jodas, Sibita, no te vayas... era bonito pasarse por aquí.
Vuelve.
Uuuuf, que frío.
En verdad me entristeces. Eras una costumbre de al menos una vez por la semana. Saludos.
He llegado muy tarde a este blog, cuando ya estaba cerrado. Lo he disfrutado, cuan amargo es, cuan dulce quiere ser, ya muerto como muertos están las voces que salen de mis vinilos.
No me puedo resistir a jugar. Marsala (dulce nombre, lleno de sol sereno), gracias por tantas palabras.
Una flor: un lirio de agua
una película: dolls
un poema: el
una casa: de arena y niebla
un punto cardinal: el centro
un té: verde, de ceremonia
una cualidad: las ganas de escribir
un pecado: las ganas de escribir
un tiempo: la infacia
una persona del verbo: vosotros
una ciudad: Estocolmo
una víscera: el alma
una banda sonora: trono de sangre
un arma: la palabra
un idioma: el silencio
un lugar: lejos, donde todos han estado menos yo, donde nunca se llega tarde
No tenga prisa.
Nunca es muy tarde y menos para jugar.
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