El Hogar
Junto a la chimenea es posible por fin hacer planes o preguntas, porque existen preguntas que tan solo se pueden hacer a oscuras pero otras que es mejor contestar junto a la luz del fuego, iluminadas en rojo, chispeando mientras se quema la madera.
J. y yo compartimos otra chimenea, hace tiempo, cuando descubrimos que eramos amigos, que a pesar de todo (sobre todo los annos) eramos amigos y aun podiamos hacer planes, el que habia perdido la guerra pero que siempre se comporto como un ganador y yo que nunca perdi nada pero que siempre me senti un poco perdedora. Luego los paseos por la playa, o las noches cantando las mismas canciones, o aquel concierto de Michel Camillo que yo pense que me pondria demasiado triste hasta que el me llamo para invitarme o los libros que el solo me prestaba a mi (y que yo solo hubiera aceptado de sus manos) y la busqueda de los ojos del otro al final de cada pelicula para emitir un juicio exacto en una frase y una mirada no hicieron mas que corroborar aquella chimenea.
La chimenea une seres diversos y existe algo parecido a la confianza cuando nos sentamos, cuando no nos sentimos poderosos pero tampoco perdedores, cuando por fin no tenemos miedo y podemos compartir todo lo que un dia nos hizo sentir frio o dejar que se derrita el frio que aun conservamos en los huesos.
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