Otra luz
Era un milagro. Verla dibujar cuando yo ya había dejado de creer en los milagros. Apenas hablaba, se sentaba calladita y cogía un boli y de repente empezaban a brotar cosas desde algún lugar que no podía ser su mano, que ni siquiera podía ser ella del todo. Conocía un lenguaje secreto y sólo ella fue capaz de verlo, de descubrir que las Torres Gemelas en llamas tenían que aparecer justo detrás del portal de belén y la Virgen María tenía que llevar un burka y San José un turbante como Bin Laden. Los demás no nos habíamos dado cuenta.
Quizá nadie sabe dónde ha nacido. Yo sí lo sé. Demasiado bien. Asistí a las discusiones, a los accidentes de coche, asistí a su luz en el lugar más oscuro y más triste de este mundo, asistí a su bondad entre los seres más mezquinos que conozco, asistí a los chantajes, a los imperativos, a las órdenes, a esa forma que tiene él de hacer comer a las niñas para que crezcan sanas y a esa forma que tiene ella de lograr que “papá” no se enfade. Y no sé si entenderán por qué dibuja ahora seres tan oscuros, tan llenos de heridas que sangran todavía, hermosos pese a todo.
Dice que no se atreve a dibujar, que le falla la inspiración, que está en crisis. Me reiría si no fuera porque nunca me río de los maestros, aunque tengan doce años. Menos aún si tienen doce años. Me reiría si no fuera porque sé que va a ser difícil y que a veces es necesario no atreverse, o tener miedo. Por fin tener miedo.
4 Comments:
Desgarrador... hermoso... natural... directo al corazón... fuerte... oscuro como la vida... intenso como nada y como nadie...
Pero, ¿para qué calificar o juzgar el escrito y la imagen? Sin embargo, deseaba manifestar los sentimientos despertados. La imagen, si me es lícito, pasará a mi carpeta especial donde descansan los grandes frutos del dolor y la esperanza.
Hermosa historia. Y hermoso dibujo. Ambos nos emocionan, llegan al alma, y esa es la principal función del arte.
Mis ojos también lloran al ver esa luz. La luz de unas manos que dibujan a pesar de los gritos, de los desprecios y de la mediocridad en la que se ha visto obligada a sobrevivir. Encerrada en un mundo de apariencias y oropeles. La niña se hace mujer. Una mujer con luz en la mirada y en las manos. Con arte en las venas y bondad en el corazón. A pesar de todos los que han querido impedírselo. Allá donde estés, no te olvido.
Qué gran texto... Me ha encantado. Tengo que meterte en mis favoritos pero ya.
Gracias por el comentario que me has dejado.
Un saludo
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