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viernes, julio 01, 2005

Esperma



Después de todo, también amaso esperma con mis manos, hasta que quedan blandas, muy blandas, hasta que son capaces de acabar con esa barrera de soledad que nos rodea a las personas solas y que es como una señal de STOP –a ti que siempre te gustaron las señales de tráfico porque era necesario descifrarlas– que no deja a nadie con dos dedos de frente acercarse demasiado.
Porque a veces para amar al mundo es preciso haber estado solo, haber pisado mil mesas de café y haber sido invitada a las habitaciones privadas, en las que una nunca se termina de sentir desnuda. Y después estar sola, recitando monólogos con voz grave. Y más tarde encapricharse con la caza de una ballena blanca y abandonarlo todo, incluso la soledad de farero tan alto, tan necesario y meter tus manos blancas en los toneles, hasta que soy capaz de tocar las manos idénticas y apretarlas para que se deshagan como esperma y sentirlas tan suaves.

1 Comments:

At 01 julio, 2005, Anonymous Anónimo said...

La soledad es un imposible... ¡una idea! Soledad es negar con el más níveo de los silencios al animal dotado del gorgorito laríngeo.

Habría que hacer con el título de este post lo que Dalí hizo: enviar una muestra a su padre con el mensaje "Ya no te debo nada". A eso se limita el esfuerzo de los que esgrimen "paternidad": al escaso derrame que un momento de stress hace brotar.

 

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